Eritropoyetina (EPO), y su uso como dopante.
Eritropoyetina, vamos a ver qué es, que efectos, y que consecuencias tiene el uso de la eritropoyetina en el deporte. A nivel general se conoce más como EPO y ha protagonizado numerosos casos de dopaje en el mundo deportivo profesional.
La eritropoyetina es una hormona que producimos en los riñones y que se encarga, principalmente, de mantener la concentración de glóbulos rojos de nuestra sangre en un nivel constante.
En condiciones normales, los glóbulos rojos se forman y destruyen a la misma velocidad, pero si el riñón detecta un descenso de estos, libera EPO para estimular su producción.
Los glóbulos rojos son los que se encargan de transportar oxígeno en la sangre, contienen una sustancia que se llama hemoglobina y que está formada por un núcleo de hierro y cuatro cadenas proteicas, esa molécula de hierro capta oxígeno (se oxida) cuando pasa por nuestros pulmones y libera este oxígeno en otros órganos y también en los músculos.
Es una sustancia dopante utilizada en deportes que requieren una alta resistencia, como puede ser el ciclismo o maratón, y también ha sido usada en el mundo del atletismo, entre otros. Se administra de manera subcutánea o intravenosa. El abuso de esta sustancia, que además es ilegal sin prescripción médica, puede tener graves consecuencias para nuestra salud.
Su uso en medicina
En medicina se utiliza eritropoyetina recombinante humana (rhu-EPO) que se obtiene del cultivo de células de mamíferos, para tratar pacientes con anemias graves derivadas, por ejemplo, de insuficiencias renales crónicas o tratamientos de quimioterapia cuando los tratamientos habituales no dan resultado.
También se puede utilizar antes de intervenciones quirúrgicas en las que sea posible una gran pérdida de sangre.
Eritropoyetina efectos que produce
Nuestros músculos necesitan oxígeno para realizar cualquier actividad, cuanto más intensa sea esta actividad más oxígeno necesitarán, cuando este sea insuficiente y sigamos realizando la actividad deportiva, los músculos obtendrán la energía recurriendo a una vía metabólica anaeróbica resultante de la síntesis de ácido láctico, aquí es cuando empezamos a acusar la fatiga muscular.
Cuando se recurre al uso de EPO en el deporte lo que se pretende conseguir es aumentar la capacidad de la sangre de transportar oxígeno y que así lleguen mayor cantidad de energía al músculo por vía aeróbica, retrasando la aparición de la fatiga muscular.
Consecuencias del uso de eritropoyetina – EPO
El uso de EPO en pacientes sanos produce un aumento significativo de la tensión arterial sistólica media mientras practican ejercicio, esto es un factor de riesgo de desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Debido al potencial que tiene para aumentar el número de glóbulos rojos, existe el riesgo de superar los valores máximos de hematocrito en reposo (volumen de glóbulos en relación al total de la sangre), que están alrededor del 55%, esto puede producir trombosis cardiaca, arterial, pulmonar y accidentes cerebrales vasculares.
Al ser una sustancia relativamente nueva, no se puede saber si existen efectos secundarios a largo plazo en los órganos en los que actúa principalmente (riñones y médula ósea) de las personas que se administran EPO de manera crónica.
Esto ya debe suponer una razón de peso para evitar caer en la tentación de recurrir a su ayuda.
A partir del año 2000 se empezaron a realizar controles de orina para detectar el uso de esta, aunque desde ese momento ha habido dudas acerca de la fiabilidad de este método, y actualmente se utilizan controles combinados de orina y sangre para poder detectar la llamada eritropoyetina de nueva generación (CERA), debido a que esta última no tiene una excreción en la orina tan alta y por tanto es menos detectable si solo se aplica este método.
La EPO ha sido asociada a la muerte de varios deportistas profesionales, sobre todo a finales de los años 80 y principios de los 90.
¿De donde sale la Eritropoyetina?
En 1905, Paul Carnot, un profesor de medicina en París, y su asistente Clotilde Deflandre, propusieron que esta hormona regulaba la producción de glóbulos rojos. Luego de adelantar experimentos en conejos sometidos a extracciones de sangre, atribuyeron el incremento de los eritrocitos a un factor sanguíneo que llamaron hematopoyetina.
Eva Bonsdorff y Eeva Jalavisto continuaron los estudios y denominaron posteriormente a este factor eritropoyetina. Estudios posteriores realizados por K. R. Reissman y Allan J. Ersle, corroboraron la existencia de una sustancia presente en la sangre capaz de estimular la producción de glóbulos rojos e incrementar el hematocrito.
Esta substancia fue finalmente purificada y confirmada como eritropoyetina, abriendo la posibilidad de tratamiento médico de anemia con esta hormona.
El hematólogo John Adamson y el nefrólogo Joseph W. Eschbach estudiaron las diferentes formas de insuficiencia renal y el papel de la eritropoyetina natural en la formación de los eritrocitos.
Mediante investigaciones en animales adelantadas en los años setenta, establecieron que la EPO estimula la producción de glóbulos rojos en la médula ósea, lo que podría orientar a un tratamiento para la anemia en humanos.
En 1968, Goldwasser y Kung iniciaron trabajos para purificar la EPO humana, logrando aislar en 1977 algunos miligramos con más del 95 % de pureza.3 La EPO purificada permitió la identificación parcial de la secuencia de aminoácidos y los genes involucrados.1 Posteriormente, un investigador financiado por los INH en la Universidad de Columbia descubrieron un modo de sintetizar la EPO.
La universidad patentó el método y dio la licencia a la compañía Amgen.
En la década de 1980, Adamson, se adelantó un ensayo clínico en el Northwest Kidney Centers en Seattle de la forma sintética de la hormona, Epogen, producida por Amgen. El ensayo fue exitoso y los resultados publicados en la New England Journal of Medicine en enero de 1987.
En 1985, se aisló el gen de la eritropoyetina caracterizándolo para investigación y síntesis. La investigación demostró que el gen codifica la producción de la hormona en las células de los mamíferos biológicamente activo in vitro e in vivo. La producción industrial de la eritropoyetina humana recombinante (RhEpo) se iniciaría poco después.
En 1989, la FDA de los Estados Unidos aprobó la forma sintética Epogen, para el manejo de la anemia en pacientes con insuficiencia renal crónica con o sin diálisis.
Identificadores de la Eritropoyetina
SÍMBOLO APROBADO | EPO |
NOMBRE APROBADO | Eritropoyetina |
ID HGNC | HGNC: 3415 |
TIPO DE LOCUS | gen con producto proteico |
LOCALIZACIÓN CROMOSÓMICA | 7q22.1 |
FAMILIA DE GENES | Ligandos endógenos |