El uso de nandrolona en el deporte
La nandrolona es un esteroide anabolizante muy utilizado en el mundo del culturismo, pero que también ha protagonizado casos de dopaje en otros deportes como el fútbol, tenis o béisbol entre otros.
Esta sustancia, mayormente conocida como Deca-durabolin (decanoato de nandrolona) por ser uno de los nombres comerciales, y que se administra mediante inyecciones, es un derivado de la testosterona, está prohibida en el deporte de competición y se puede detectar en un control antidoping hasta 18 meses después de haber sido utilizada.
Uso clínico de la nandrolona
Como la gran mayoría de estas sustancias, su primer fin es el uso en medicina. La nandrolona se utiliza en casos de desnutrición o tratamientos prolongados de corticoides, tratamientos de quimioterapia o radioterapia, casos de traumatismos graves, osteoporosis y en algunos casos de cáncer de mama.
Uso de la nandrolona en el deporte como anabolizante y dopante
En el mundo del culturismo es un anabolizante de los más utilizados, es poco androgénico, por lo que el problema de la aromatización estará presente si se utiliza en grandes dosis, tiene buenas propiedades anabólicas y poca toxicidad para el hígado. Tampoco inhibe en exceso las funciones hormonales naturales del propio cuerpo si las dosis no son elevadas. Permite incrementar la síntesis de proteínas y el desarrollo muscular. Lo más habitual es que se utilice combinado con otras sustancias como Winstrol, testosterona o Parabolan.
Es también un buen aliviador de dolores articulares y de tendones eliminando las molestias durante el tiempo en el que es utilizado. Puede presentar retención de líquidos y, como hemos comentado antes, aromatización al estrógeno si se usa en grandes dosis.
La nandrolona favorece el rendimiento en los deportes de explosión o fuerza, tales como la halterofilia o el atletismo, además de la capacidad de recuperación después de una actividad física intensa porque reduce la cantidad de cortisol y mejora la retención de nitrógeno, por lo que su uso no queda reducido únicamente al culturismo. En un futbolista, por ejemplo, presentaría ventajas como un aumento de la masa muscular y conseguir mayor fuerza y potencia, así como un menor tiempo de recuperación tras los partidos y entrenamientos pudiendo rendir a un nivel más alto de forma continuada.
Los efectos secundarios de la nandrolona que puede producir
Como siempre, vamos a ver el precio que podríamos pagar por el uso de la nandrolona. En primer lugar, deberían tener mucho cuidado quienes padezcan diabetes, alguna enfermedad de los riñones, del corazón o circulatoria, personas hipertensas o que hayan sufrido un infarto reciente, o los que tengan un nivel alto de colesterol.
En ningún caso lo podrán utilizar las personas que padezcan enfermedades del hígado o cáncer de próstata.
Como efectos secundarios puede provocar un aumento de la tensión arterial y que el tiempo de coagulado de la sangre sea mayor, por lo que al sufrir un corte el sangrado será más abundante. Aumenta la actividad de producción de las glándulas sebáceas y puede hacer que aparezca acné. Con dosis elevadas se aumenta el riesgo de aromatización al estrógeno, y si se usa por un tiempo prolongado puede llegar a inhibir la función testicular en hombres, haciendo que produzcan menos testosterona.
En mujeres que utilicen dosis mayores a los 100 mg por semana pueden aparecer síntomas de virilización como un agravamiento de la voz, que será irreversible, un aumento del crecimiento del vello corporal y una posible hipertrofia del clítoris.
Como todas estas sustancias, además de los atractivos beneficios que aportan a la hora incrementar tanto la masa muscular como el rendimiento deportivo, llevan consigo una serie de efectos secundarios que en algunos casos no vamos a poder revertir. Y, como siempre, para aquellas personas que pese a todo hayan decidido recurrir a su uso, repetir que se hace casi imprescindible un análisis médico previo para descartar cualquier afección o enfermedad que pudiera ser agravada por el uso de estas sustancias, así como un seguimiento por un profesional médico durante su uso.